La Plaza Roja no sólo es roja terracota. Es hermosa. Es más, en ruso antiguo la palabra que indica el color también señalaba algo bello. Por eso, la Plaza Roja en realidad significa Plaza Hermosa.
El día oficial del comienzo del invierno de 2008, покровка (pokrovka), cuando antiguamente se cerraba el río Moscú con el hielo, estaba allí. Era a la media mañana. Había una bruma extraña, casi mágica. De repente, comenzaron a sonar las campanas de las iglesias del Kremlin. Con mi modesta cámara Kodak filmé algunos minutos. Cada vez que veo este video me pregunto: ¿Volveré otra vez?
Los blogs tienen el efecto que nuestro gran Borges refería cuando visitando Japón, María Kodama le describía dónde estaban; esos contorno de leyenda que desfilaban ante sus ojos en niebla. En estas páginas tuyas, querido Castri, también emerjo de la niebla. Esa que en mi juventud solían contarme aquellos marxistas victoriosos que habían logrado llegar tan lejos. Me contaban de los grandes campanarios y de las enormes avenidas que hacían pequeña a nuestra 9 de Julio. Cuando te encuentre me contarás sí aún está allí el catafalco de cristal donde don Vladimir Ilich convocaba a largas filas. ¿Volverás otra vez? confío que sí... Gracias tu mirada compartida. Un abrazo de Epi.
ResponderEliminarQuerido Epi
ResponderEliminarMuchas gracias por tu hermoso comentario. Te voy adelantando: el catafalco de Vladimir Ilich todavía está. Pero sin convocar largas multidudes. Tiempos modernos.
un abrazo
Castri