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Iván IV, por Viktor Vasnetsov |
Así describe Aleksandr Zimin, en su biografía del monarca ruso, uno de los hechos más sangrientos del reinado de Iván IV, conocido también como Iván el Terrible (en ruso, Ива́н Гро́зный). Hecho este que, según algunos autores, arrojó más de 60.000 víctimas en Novgorod y alrededores.
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Opríchniki, por Nikolai Nevrev |
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Iván da muerte a su hijo, por Repin |
Lo que no se puede negar que la crueldad no era exclusiva de este zar del siglo XVI. Muchos personajes históricos que se los recuerdan como grandes monarcas también tuvieron sus negros hechos pero hoy se lo recuerdan de manera glamorosa.
Tomemos, por ejemplo, al rey inglés Enrique V, que aunque muy caballeroso en la obra de Shakespeare, durante la batalla de Agincourt ordena degollar a cientos de prisioneros franceses. Carlos el Temerario, duque de Borgoña, mando ahogar y ahorcar a todos los soldados de Berna que se habían rendido en el castillo de Grandson. Casos como estos, son comunes en los libros de historia.
El personaje que nunca tuvo buena prensa y pasó a la posteridad como uno de los seres más despiadados que existieron, fue el voivoda de Valaquia Vlad Tepes, o Vlad Draculea, el Empalador (1431-1476).
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Vlad desayuna rodeado de empalados |
En una de las mejores biografías de Vlad Tepes, la escrita por Ralf-Peter Märtin, se relata algunas de las anécdotas más terroríficas del valaco. Por ejemplo, aquella en que un sacerdote se atreve a sermonearlo por haber mandado asesinar a una familia de boyardos, sin perdonar ni siquiera a los recién nacidos.
Vlad Tepes le respondió que "te debo una explicación: no puedes quedarte nunca a medio camino. No basta con podar la mala hierba, debes llegar a la raíz para exterminarla. Los niños de hoy son mis enemigos de mañana, y no tardarán en mí a sus padres". El prior fue empalado. Como su insolencia había sido producto de su cerebro, le atravesaron la cabeza con el palo.
La historia da demasiados ejemplos como estos, tanto de Vlad Tepes como de sus contemporáneos y de otros siglos, aunque la crueldad no tiene límites ni épocas. Posiblemente el horror este conviviendo cerca nuestro.